Abstracción de sensaciones


Imagen extraída de la página web taringa.net (Kandinsky)
Una luna llena que no llena, un sueño que sueña ser real, una nada tan perfecta que de tan perfecta nace y, después, muerta llega al final. Un desagüe en el camino, un peldaño en el destino, una vía de escape a ‘nunca jamás’. Que ‘nunca jamás’ existe, y existe en el alma del que es capaz de ver sin mirar.

La cascada de emociones, los colores de la inmensidad, son atardeceres insaciables que nunca se acuestan a descansar. El sueño los saluda, y el saludo siempre se queda en alta mar. Mar que todo lo entiende, mar que todo lo escucha, agua que llena el vaso a medio llenar.

Una carta enviada al fin del mundo que tiene miedo de no llegar, y el fuego de un corazón que, cuando llegue, desea que no la lea nadie más. Él, que sabe; él, que siente, no va a dejar de desear verla quemar. La tierra prometida, el silencio de las palabras, no puede esperar.

El aire que no respira, el agua que se ahoga, el tiempo que no puede dejar de contar. Esta es una historia de una cama que nunca puede descansar. La almohada la acompaña en sus noches que terminan por no acabar; el edredón, que las cubre, les desea un poco de tranquilidad.

Un teléfono que suena, una voz reconocida, una risa a recordar; pues una risa colectiva, una hojeada a la alegría es algo que no nos puede matar; y de matarnos, así yo moriría; así, de felicidad. Y que me grite quien quiera, que lo importante de la vida no es la vida, es todo lo que llegamos a obsequiar. Que me maten si así vivo, que la vida me da igual; porque la muerte es vida, si has dado todo lo que quieres dar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡Siempre es un placer leer vuestros comentarios!