Seamos realistas, pidamos lo imposible


Imagen extraída del blog Escribiéndome (Estrella)
Ser valiente significa estamparse contra la pared las veces que haga falta si crees que puedes romperla en cualquier momento, o incluso sin saberlo seguro. La insistencia, el esfuerzo; sólo las ganas pueden con ella.

La realidad la soportamos porque pedimos imposibles, porque nuestra vida no deja de ser un deseo constante de cosas que no podemos alcanzar sin esfuerzo o sin dedicación. Las cosas, la vida, no aparece sola; alguien se ha esforzado para procurárnosla. Siempre, y digo siempre, hay alguien deseándonos lo mejor.

El esfuerzo es la valentía del más débil, y también del más honrado. No puedes romper una pared de un golpe, por muy valiente y asusto que seas siempre te faltará algo para romperla. La dedicación se encarga de ello, nos procura fuerza interior, nos muestra el punto débil de la pared, y nos invita a dar un golpe más.

De un portazo se despide la inocencia, se van las ilusiones, y se destruyen los sueños; de un portazo se corrompen esperanzas, se abandonan sonrisas, se matan satisfacciones y se hacen más fuertes los malos. La continuidad, la lucha constante nos hace buenos, aunque no lo parezcamos a simple vista, aunque estemos contaminados por mal carácter. Las buenas intenciones, la fe en nosotros mismos nos hace alcanzar lo que deseamos, por más imposible que parezca.

Al final los malos ganan de todos modos, es cierto; pero los buenos ganan el doble, porque valoran las dificultades que les ha supuesto echar abajo esa pared que parecía imposible de derruir.

Es cierto que la vida está llena de imposibles, de inalcanzables, pero la cuestión no es dar un hecho por imposible, sino darte de cabezazos contra el imposible hasta hacerlo posible, hasta decir: “vaya, pues al final sí he podido”.

El infortunio viene dado por la negación de tus capacidades. Si deseas regalar sonrisas, si deseas ser feliz a costa de buenas intenciones, entonces tu fortuna será la más grande del mundo. Será tan inmensa que nunca carecerás de honradez, y tus amigos, amores o familia te recordarán cuando no estés por ser el tipo de persona que siempre han querido en sus vidas.

Sé especial, porque puedes serlo.

1 comentario:

  1. Muy bueno la verdad. Me hizo acordar a lo que dijo Aristóteles: La esperanza es el sueño del hombre despierto.
    Uno sigue adelante porque siempre hay algo que deseamos alcanzar, aunque lo veamos como algo imposible.

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