Escalera a la luna

Imagen extraída de Flickr (Meriphilia condenada)



Poco a poco, la niña ha subido los peldaños de la vieja escalera hacia la luna. Como tantos otros, ella se ha cansado de verla desde lejos, de no disfrutar de las nubes, de estar siempre en el suelo. Se le ha estropeado el vestido de ‘buenas noches’ en el intento, se le ha rasgado la pequeña tela de la magia y se le ha caído algún que otro sueño de cristal desde las alturas, pero con sus debidas pausas, y a ritmo de princesita de cuento, ha llegado al punto clave de belleza: donde acaba el sueño real y empieza la realidad de ensueño.

Dulces sueños, princesa...

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