Pidamos perdón al mundo

Imagen extraída del blog Las flores de Camila (Camila Gutiérrez)
Démosle, al mundo, razones por las que mantenernos arropados en sus faldas. Digámosle que somos necios, que no aprendemos a penas de nada. Admitamos que nuestra sed de venganza nos ciega más que la ceguera de nuestra mirada. Seamos justos, por una vez, y busquemos la paz en los abrazos que son sentidos, y que no desgarran, a hurtadillas, el alma. Renazcamos de las cenizas, de la maldad de nuestro aura.

Escribamos en las paredes del alma que no hace falta rezarle a la nada, que el todo está perdido allá, en nuestro interior, porque siempre nos sobran las malas ganas. Y es que a veces no entendemos que no podemos alcanzar más a la vida porque aún hay muchas cosas que no nos bastan. De no ser así, quizás tendríamos más de un sol en cada ventana, y al menos una sonrisa que adornara cada hora que pasa.

Y es que, por desgracia, seguimos pensando más en la superioridad humana que en la vida que se nos regala. Qué triste es vivir sin compartir el alma, qué triste es mirar y no ver más que nuestras propias pisadas. El mundo no estaba lleno de llamas, devolvámosle todas sus mañanas. Que por cada una que robamos, ella fue perdiendo su brillo y su gracia.

Deshagamos las palabras y creemos, con ellas, nuestras propias mañanas. Lejos de todo lo que el alba no alcanza. Y que de un baño de agua salada nazca, en la vida, la melodía exacta para revivir a las plantas, que no hay más ritmo que el del mundo que todavía nos guarda. No destruyamos la única cosa que en realidad nos ama: la naturaleza, la mayor de las madres, nos cuida a todos los que andamos, nadamos o volamos de rama en rama.

Revivamos la calma; devolvamos, con respeto, la última mirada. Embarguemos las armas y regalemos, a la luna, dulces sonatas, lágrimas de disculpa al cielo en cada estrofa mal afinada y, al acabar, un silencio que, al menos por una vez, no diga absolutamente nada. Así, en silencio, y lejos de la oscuridad que nos acapara, no habrá más ruido que el de un corazón de sangre renovada.

3 comentarios:

  1. No creo que el mundo llegue a perdonarnos, pero por intentarlo que no quede ;)

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  2. Lo importante no es que nos perdone, sino pedirle perdón.

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  3. Deberiamos hacerlo.... tal vez seria mejor no decir nada, estar en silencio. Y, así en silencio, decirle al mundo las cosas que aún no le hemos dicho.

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