Imagen extraída de devianart.com (Matthew Chan)
Si por mí fuera, nos mudábamos a Nunca Jamás.
No es una locura, verás, lo tengo todo pensado:
viviríamos en una casa del árbol, donde no
oyéramos más tráfico
que el de nuestros ojos colisionando,
que el de nuestros ojos colisionando,
seríamos eternos de corazón.
Tú podrías ser Peter Pan, el bueno, el malo;
o un niño perdido, que baila alrededor de una
hoguera.
Si quieres puedes ser el desafío de
acariciarme con un garfio por mano,
que hará honor a tu nombre, o ser la isla
calavera
de mi subconsciente.
Yo, si quisieras, podría ser tu segunda
estrella a la derecha,
tu sextante, tu navío, tu polvo de hadas o tu sirena preferida.
Podría ser Campanilla vestida de verde, ¿te
imaginas? ¡tu color favorito!
claro que por verde también podría ser el
cocodrilo, ya sabes,
por aquello que dices que tengo unos ojos
fulminantes, color adrenalina.
Tengo muchas ideas, ya lo has visto,
lástima que Nunca Jamás nos esté vetado por mayores.
lástima que Nunca Jamás nos esté vetado por mayores.
Quizás podamos crear nuestro propio mundo, uno donde la inocencia
no dependa de cuánto hemos crecido, allí donde
el amor
sea lo más inocente que llevemos dentro.
Aunque, bien mirado, quizás ya exista
y podamos llegar a él a través de uno de esos choques
en los que las miradas no son accidentes, sino obviedades versadas a gritos.
y podamos llegar a él a través de uno de esos choques
en los que las miradas no son accidentes, sino obviedades versadas a gritos.
Puede, incluso, que ya hayamos estado
en ese lugar otras veces, y que el limbo
de nuestra memoria sea la utopía que otros andaron buscando.
de nuestra memoria sea la utopía que otros andaron buscando.
Estaba esperando a que publicaras, te lo digo con sinceridad, me moría de ganas de leerte.
ResponderEliminarEs curioso, porque las dos hemos publicado ayer y ambas con referencias a la infancia, aunque de maneras muy distintas.
Me encantaría ir al mundo que inventan tus letras, nadie tiene derecho a juzgar cuando alguien deja de ser niño, pasen los días, los meses o los años.
Me quedo con mi parte favorita: "Ser la isla calavera de mi subconsciente."
Hablándole a la luna de las constelaciones de su espalda en http://albordedetucama.blogspot.com.es
M.
Me alegra verte por aquí. Muchas gracias por tus comentarios, son alentadores.
EliminarLa verdad es que es curioso, sí. Ayer fui a ver tu blog y todavía no habías publicado. Ahora mismo voy a leer tu nueva entrada.
Muchas gracias por dejarme siempre tus opiniones. Son importantes.
Te mando un abrazo.
Supongo que "Nunca Jamás" puede estar más cerca de lo que pensamos, aunque nos han vendido el cuento de que es malo crecer y hacerse mayor, tal vez las puertas de "Nunca Jamás" se abran cuando comprendamos que crecer no es malo siempre que cuando nos miremos a los ojos frente a un espejo consigamos reconocernos.
ResponderEliminarTal vez nunca seamos mayores si tenemos presente que siempre hay lugar para emocionarse y alegrarse por las pequeñas cosas, como los niños que juegan con espadas de madera o vuelan con pensamientos alegres y polvo de hadas.
De este poema me voy a quedar con lo siguiente:
"unos ojos fulminantes, color adrenalina"
Puede que incluso te la copie vilmente para alguno mío xD
Abrazos
Bonita reflexión, Oski. Me gusta que me déis vuestras impresiones acerca de las entradas.
EliminarAlgunas otras veces has dicho lo de "copiar vilmente" alguna cosa, pero sé que no lo has hecho ni lo harás, por respeto a mi trabajo.
Aun así, quiero recordarte que lo bonito de escribir es que puedas decirte a ti mismo: 'caray, esto lo he hecho yo. Y me encanta.'
Hola Marina, te he conocido a través de otro amigo un poco de casualidad pero me ha llamado la atención y quería pararme a leerte.
ResponderEliminar"Tu podrías ser Peter Pan...", me quedo con ese verso.
Pensaba que cada día había menos personas que escribieran poesía pero me agrada ver que no es así, nunca dejes de creer en tus sueños.
Te felicito por lo que haces y si me lo permites, volveré para seguir aprendiendo contigo :)
Un saludo cordial,
Francisco M.
Hola, Francisco. Siéntete bienvenido :)
EliminarMuchísimas gracias por tener el detalle de leerme y de comentarme. Gracias también por alentarme con tan positiva opinión.
Siéntete libre de entrar y salir de El ruido que deja el silencio cuando gustes.
Te devuelvo el saludo,
Marina.
Para escribir un poema así hay que tener un "Nunca Jamás" en el corazón.
ResponderEliminarSaludos.
Muchas gracias, Toro. Soy de las que creen que todos llevamos uno dentro.
Eliminar¡Saludos!
No te lo vas a creer: lo tienes mucho más cerca de lo que crees.
ResponderEliminarCuídalo.
Muchas gracias por tu comentario, Vagamundo.
EliminarSí me lo creo, sí. Y es maravilloso.
Ay, Marina, qué frecura de poema. Me dan ganas de mudarme con estos dos amantes a un árbol contiguo y jugar con el cocodrilo al escondite mientras le tomo el pelo al capitan Garfio y me duermo con el susurro de esas pestañas cuando choquen sus miradas.
ResponderEliminarLos paraisos están a la vuelta de la esquina. Todo, lo malo, lo bueno y lo regular nos lo llevamos de viaje siempre, allá donde queramos huir. Por eso es mejor airear y refrescar nuestro interior y tirar todos los miedos al contenedor de los desechos.
¿Se nota mucho que me ha encantado el poema? Un beso,
Muchísimas gracias por dejarme siempre escritas tan bonitas reflexiones sobre mis poemas. Siempre digo: no hay que ser un niño para sentir o disfrutar como lo haría uno de ellos.
EliminarMe alegra mucho saber que te ha gustado tanto. Seguiré esforzándome.
Otro beso para ti también.
Me he pasado un tiempo desconectada y cuando he visto en facebook que habías publicado no he podido evitar leerte.
ResponderEliminarEste poema ha sido un soplo de aire fresco, lleno de inocencia, como has dicho, y con cierto toque nostálgico.
Ojalá todos pudiésemos volver a ser pequeños de vez en cuando, solo por probar jajaja.
¡Un abrazo!
Muchísimas gracias por pasar a leerme, Nuria.
EliminarQuién pudiera volver a ser niño, ¿verdad? La verdad es que considero que la inocencia está en el interior de cada uno.
¡Un abrazo grande!
Yo creo que, ahora que Nunca Jamás se ha vuelto demasiado turístico, podríamos buscarnos un camping apartado y, simplemente, beber cerveza bajo una sombra hecha con toallas de playa.
ResponderEliminar¿Te apuntas?
Cuídate.
Yo creo en un Nunca Jamás individual, diferente para cada uno. Y para nada turístico. Supongo que son puntos de vista. Muchas gracias por pasar a leerme.
EliminarTe mando un abrazo.
Sonhos que dão alento, sabor e cor à vida.
ResponderEliminarBeijinhos
Muito obrigado pela leitura, Pérola. Os sonhos são a esperança.
EliminarBeijos.
Nunca jamás siempre ha sido uno de mis lugares favoritos y cuantas veces me he quedado mirando al cielo buscando la segunda estrella a la derecha y la ruta hacía esa isla maravillosa.
ResponderEliminarTe he encontrado de casualidad, pero seguiré por aquí, escribes de miedo!
Besiños ♥
Qué historia tan bonita, Alejandra. Muchas gracias por compartirla conmigo. Todos llevamos dentro una segunda estrella a la derecha.
EliminarMe alegra que te haya gustado.
¡Un abrazo! :)
Pasaba por aquí a echar una vista rápida, pero con esto último... Me quedo un ratico más :)
ResponderEliminarMuchas gracias, Ío. Ya echaba de menos tus comentarios.
EliminarUn abrazo.
Hacia ya un tiempo que estuve alejado de este mundo virtual y el primer post que leo ( el tuyo) me ha fascinado.saludos
ResponderEliminar¡Muchas gracias, Emanuel!
EliminarUn placer volver a tenerte por aquí.
Abrazos.