Alzheimer


Imagen extraída de la página web somospacientes.com
Ahora ya no recuerdo lo que era vivir, y no tengo muy claro si sigo viva, o si ya estoy muerta desde que ignoro la forma en la que paso las horas. Después de todo, no le puedo llamar vida a algo que no recuerdo, a pensamientos que tengo pero se me van a de las manos. No sé si para bien o para mal, no sé dónde voy, ni a donde va lo que no recuerdo. No recuerdo lo que digo, no sé si para bien o para mal, no sé dónde voy, y me pierdo... me pierdo. Ahora ya no recuerdo lo que era vivir, mis pensamientos se me van de las manos. ¿Manos? Eso ya lo he dicho… ¿no?. Ya no tengo claro nada, no sé si estoy o no estoy, porque desde luego no estoy para bromas, no estoy para juegos de palabras, y para palabras, las mías que se van, y no entiendo nada. Ya no tengo muy claro si sigo viva, o si he muerto después de todo. Aunque no recuerde la palabra ‘espejo’, cuando me reflejo en él me reconozco, pero no sé mi nombre, no sé quien soy, ni quien fui. No sé si fui algo para alguien, ni si quiera sé quién es ese alguien, no conozco su nombre. ¿Quién eres? No sé quién eres, pero siento estima sin entender porqué. ¿A caso eres familia? No me dejes sola, no sé qué digo. Y me vuelvo a perder… Ya no recuerdo lo que he hecho hasta ahora, me dicen que la palabra que estoy buscando es ‘vivir’, pero solo consigo recordar la palabra ‘morir’, y se desesperan por no recordar el detalle de vivir en vez del de morir, y me enfado, no es culpa mía, las cosas ya no tienen sentido. Y se hunden porque no sé sus nombres, pero los reconozco… a cada uno de ellos, aunque no pueda demostrarlo, sé que los conocí en su momento. Me pierdo, me pierdo… como la vela que hay en la mesita, como la butaca en la que me gustaba sentarme y ya no se acuerda de mí, ni yo de ella. Me pierdo, me pierden… Hay pájaros en el cielo, vuelan. Recuerdo la sensación de haber volado antes, quizás en un vuelo nocturno hacia ninguna parte, y es que ninguna parte es algún sitio, estoy segura, pero no recuerdo su nombre. Los pájaros vuelan, y tú… ¿tú eres María? No llores… intenté recordar otras veces que no te llamas María. Oye, María… yo no recuerdo, no puedo memorizar nombres, ni historias, no sé ni cual es el número de portal de mi casa. María… yo no te recuerdo, pero te quiero igual. Te escucho María… María, por favor, deja de llorar.

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