Florece en un desierto


Imagen extraída de la página web mineral-s.com
Ya van muchas noches como la de hoy; horribles cada una de ellas, cada cual más insoportable. Desvelada, impotente, voy sumando madrugadas a mi condena; y la almohada ya rebosa de tanto compadecerse. Parece que no es suficiente con darlo todo, tengo que dar más que eso; mas todo lo que tengo se resume en Nada, y Nada tampoco es suficiente. Así es, vivo en un ‘tú primero’, esperando la última de la cola y dejando pasar siempre a la gente. Siempre soy la última, pero es porque me olvido de decir ‘oye, ese es mi sitio’. Quizás porque no he encontrado mi sitio aún, quizás porque soy fácil de complacer. Quizás, quizás… quizás. Lo pienso y reniego de mis pensamientos, no todo es irreversible; y aunque es cierto que lo doloroso sigue siendo dolor aunque lo sintamos en diferente medida, hay heridas que no curan… pero sí cicatrizan.

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