Imagen extraída del blog Suspiro mental (Zuu) |
Me miras, te miro y se para el tiempo; se congelan las miradas, las manos; los segundos se cristalizan. Cuidado, no los vayamos a romper. Frágiles como el fuego congelado en nuestras pupilas, se perciben nuestras voces calladas por el suicidio de cada frase terminada en puntos suspensivos. Ya inmóviles, solo somos capaces de mirarnos en uno al otro, y aunque ya no muera por quererte a todas horas, y aún sabiendo que esto que desataste un día sin importancia se está apagando con mi amiga, la resignación; yo sé bien que siempre serás especial para mí. Nunca, nunca pienses que dejé de quererte; pero esta vez deja que sea yo quien me vaya.
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